La interaccion comunicativa.
En la interacción comunicativa son muy importantes los tres tipos de lenguajes puesto que el lenguaje no verbal y al para verbal se le atribuye funciones de sustitución y contradicción, completar, acentuar… del lenguaje verbal, que ayudan a reforzar, complementar o por el contrario puede dificultar la comprensión ya que, en ocasiones, el mensaje a transmitir puede contradecirse. Tanto es así, según Rosales (1998), que el fracaso escolar depende de que el alumno tenga un déficit en el dominio de las habilidades básicas (hablar, escuchar, leer y escribir). En el proceso de enseñanza-aprendizaje puede darse una interacción comunicativa más formal o una comunicación más espontánea entre los integrantes de dicho proceso. La comunicación formal tiene una intención y una finalidad y se ubica en un contexto, mientras que la comunicación espontánea es aquella no planificada, natural (Rosales, 1998). El docente tiene control en el aula sobre lo que dice y cómo lo dice, sin embargo, siempre existe una interacción entre los alumnos y el docente (Villasmil, 2004), por lo que dependiendo del contexto, las características del sujeto y la finalidad del mensaje a transmitir, la comunicación será más formal o más espontánea. Ambas pueden ser didácticas en el momento en el que el mensaje aporta algún aprendizaje al receptor. A pesar de todo ello, en la escuela se tiende a la formalización de la comunicación didáctica en varios aspectos: en la relación profesor-alumno la comunicación está determinada por el desempeño de los roles institucionales respectivos; en el aula, su formalización está determinada por el tipo de normas, de reglas de interacción que en ella se establecen; y en el centro escolar, se halla condicionada por el clima institucional y reglamento que determina explícitamente la naturaleza de las relaciones (Rosales, 1998). Sin embargo, suelen entremezclarse la comunicación formal con la espontánea dependiendo del nivel de enfatización entre los protagonistas del proceso enseñanza-aprendizaje. La comunicación puramente formal, da pie a una interacción comunicativa superficial en la que solo se transmiten aspectos puramente académicos. Del otro extremo, una comunicación puramente espontánea, da lugar a una interacción más profunda no idónea en el proceso enseñanza-aprendizaje. Como afirma Rosales (1998) en el aula la mejor comunicación que puede darse es una combinación entre ambas, dependiendo, como anteriormente he indicado, del contexto y la finalidad del mensaje. Por otro lado, cabe destacar que la comunicación en el aula conlleva a consecuencias pedagógicas (Rosales, 1998). Por ejemplo, un alumnado de origen social deprimido acumula un fracaso escolar mayor a pesar de recibir la misma comunicación formal pero diferente “trato” espontáneo, desarrollando actitudes negativas hacia la educación, el profesorado, etc. pues viven la educación como la imposición de una cultura ajena. Al igual que la interacción comunicativa interpersonal que se da en el aula entre docentes y discentes, también juega un importante papel la interacción comunicativa grupal. De este tipo de interacción comunicativa se distinguen: la colectiva y la cooperativa. La comunicación colectiva es aquella en la cual un grupo de alumnos realiza un trabajo colectivo al mismo tiempo bajo la supervisión del docente, pero no existe una comunicación entre ellos. En esta comunicación se repiten los patrones establecidos, es decir, no da lugar a una actividad crítica, sino que se sigue un modelo establecido, para nada reflexivo. En la comunicación cooperativa, sin embargo, el aula se estructura en pequeños grupos de trabajo en los que se respeta las características ReiDoCrea 141 ReiDoCrea. Revista electrónica de investigación Docencia Creativa. Volumen 1. Páginas 138-143 individuales y preferencias de cada cual, y se trabaja de manera que van surgiendo vínculos de ayuda y comunicación, desapareciendo la competitividad. (Rosales, 1998). Partiendo de todo lo anterior, y según Trillo (1994), en el aula pueden darse tres estilos de profesorado y por consiguiente, tres estilos de comunicación didáctica que favorecen un tipo u otro de interacción entre el profesorado y el alumnado. Estos estilos de comunicación son: El estilo Técnico. “Porque va para examen”. En este estilo se sigue al pie de la letra un programa que ha de terminarse para finalmente realizar una serie de exámenes. Se trata de un currículo oficialista, académico en el que el profesorado es individualista, despreocupado del sentido y valor de su acción educativa. Constituye un modelo de profesor antiguo, cuya función consiste en cumplir determinado programa que le viene impuesto, sin cuestionarse lo que resulta mejor para sus alumnos. Se resiste al cambio ya que no suele creer en él y además supone esfuerzo adicional por su parte para ponerse al día (Trillo, 1994). En este estilo se da una jerarquización de las relaciones, que son puramente verticales. La comunicación sigue siendo puramente formal y las interacciones superficiales puesto que las relaciones se hallan jerarquizadas. La conducta verbal o física del profesor se interpreta como causa inmediata del aprendizaje, éste se centra en la adecuada comunicación del contenido del aprendizaje. En este estilo didáctico la acción mediadora del profesor se centra en los procesos cognitivos del alumno. Los sucesos de la enseñanza crean condiciones para que el alumno realice el trabajo cognitivo que produce el aprendizaje. El estilo Práctico. “Os recomiendo…”. Aquí se parte de que la programación está ahí pero que lo importante es lo que sucede en el aula. El profesor es autónomo y le da importancia a las actividades, a la experiencia de los sujetos y a sus emociones. Se trata de un profesorado que se lo cuestionan todo, asumen su labor educativa con gran responsabilidad pretendiendo mejorar. Les preocupan el por qué y el para qué de lo que hacen, además suelen ser muy reflexivos en su labor. Le interesa que sus alumnos “aprendan a aprender” y para ello utiliza una metodología variada. Suelen ser muy individualistas en su trabajo. Están dispuestos a la colaboración, pero no dejan que los manejen de ninguna manera (Trillo, 1994). En este modelo no existe jerarquización, por lo que se da una comunicación más espontánea y una interacción algo más profunda y no meramente superficial, como en el estilo anterior. En este estilo de comunicación didáctica prima la idea de que si queremos cambiar la realidad tenemos que movilizarnos y para ello, se nos proporciona un tipo de información para que seamos capaces de ver la realidad y luchemos por nuestro interés, por el individual. El estilo Crítico. “Reflexiona”. Se trata de una enseñanza más politizada, crítica con el sistema. El profesorado es colectivista, revolucionario, innova dentro y fuera del aula, es autónomo, muy reflexivo, entiende el desarrollo del currículo desde una comunidad educativa participativa y democrática. Creen en la educación como medio de liberación y desarrollo humano e insisten en la necesidad de reflexionar críticamente sobre la propia práctica, pero también sobre las condiciones y circunstancias en las que trabajan. Les ocupa y preocupa la labor que desempeñan y saben entender la importancia que realmente tienen. Su práctica diaria se orienta en conseguir mayores cotas de autonomía y responsabilidad (Trillo, 1994). En este estilo la atención es prestada a los contextos en los que se desarrolla la acción didáctica. El objeto de aprendizaje forma parte del contexto y el alumno aprende de este. Para Rosales (1998), el profesor ejerce su función mediadora ReiDoCrea 142 ReiDoCrea. Revista electrónica de investigación Docencia Creativa. Volumen 1. Páginas 138-143 actuando en el contexto de dos formas: espontáneamente, como habitante del nicho ecológico; e intencionalmente, interviniendo en la creación de un clima de aprendizaje. Se produce una gran interacción entre el profesorado y el alumnado. El proceso didáctico se interpreta como un proceso comunicativo por medio del cual profesores y alumnos interpretan y conceptualizan la experiencia. En este estilo el profesor hace significativo algo para que el alumno aprenda. Se configura un ambiente ideal de aprendizaje en el que se dan una serie de relaciones sociales, teñidas de afectividad, que contribuyen eficazmente al aprendizaje significativo del alumno. La comunicación entre el profesorado y el alumnado en este estilo se encuentra entre la formal y la espontánea, que es la situación ideal para el proceso de enseñanza-aprendizaje. Aquí se da la horizontalidad, existe una discriminación positiva hacia los alumnos, por lo que se da una comunicación más espontánea y una interacción más profunda que en el estilo Práctico. Aquí prima la idea de que si queremos cambiar la realidad tenemos que movilizarnos y para ello, se nos proporciona un tipo de información para que seamos capaces de ver la realidad y luchemos por nuestro interés, por el colectivista. Así, una comunicación totalmente formal es propia de un estilo de profesorado técnico, ya que el profesor técnico se preocupa por “enseñar” lo que viene en el programa sin tener en cuenta a sus alumnos. Se trata pues, de una comunicación unidireccional. Mientras que una comunicación entre espontánea y formal es característica tanto de un estilo de profesorado tanto práctico como crítico. Estos dos últimos estilos de profesorado tienen más en cuenta las necesidades, opiniones, dudas, etc. de sus alumnos. Por último, es importante tener en cuenta, tanto en el alumnado como en el profesorado, sus características personales, contextuales, sus sentimientos, etc. que influirán de manera directa en la comunicación e interacción entre ambos. CONCLUSIONES Respondiendo a la cuestión planteada desde un principio -¿Cuál es el papel de la interacción comunicativa en el proceso de enseñanza-aprendizaje?-, en este trabajo se ha puesto de manifiesto que es en el proceso comunicativo entre docentes y discentes, donde se halla la clave para un desarrollo efectivo del proceso de enseñanza-aprendizaje. A partir de las ideas desarrolladas en este trabajo, resulta sencillo comprender la importancia en las interacciones comunicativas entre docentes y discentes en el proceso de enseñanza-aprendizaje: una interacción comunicativa totalmente formal y superficial, así como una interacción comunicativa totalmente espontánea y profunda, no son para nada positivas en dicho proceso. Por otro lado, este tipo de interacciones comunicativas se dan con mayor o menor fuerza en los diferentes estilos de profesorado, siendo el estilo crítico, desde mi punto de vista, es más favorable en el proceso de enseñanza-aprendizaje debido a que combina una comunicación formal con una comunicación espontánea y las interacciones son más profundas ya que el profesorado se preocupa por su labor educativa y por sus educandos.
excelente articulo. Les comparto algo de nuestra investigacion.
ResponderBorrarEnseñanza y Entorno Cultural del Docente
ENSEÑANZA Y ENTORNO CULTURAL DEL DOCENTE
El docente como facilitador entre el alumno y el aprendizaje debe de estar preparado para dimensionar la labor que realiza, por lo tanto el resultado obtenido dependerá de la eficacia empleada.
Sabiendo que el docente es un profesional, debe contemplar ciertos requisitos y cualidades éticas y morales que se exigen para ejercer honestamente su profesión.
Definición de docente: es una persona que enseña una determinada ciencia o arte, debe poseer habilidades pedagógicas para ser agentes efectivos del proceso de aprendizaje.
El docente tiene que trabajar a la par de los niños y adolescentes en tareas dentro y fuera de la clase y de la escuela, movilizarse entre los alumnos para trabajar en equipo, investigando, observando, decorando, haciendo tareas manuales, etc. Para que el maestro desarrolle estas actividades depende mucho de su salud física y mental, la buena remuneración, el buen trato y la seguridad profesional que le permitirán gozar de alegría y buen humor.
Talento natural: lo que necesita es de naturalidad, es decir que actué espontáneamente como individuo normal, que evite las actuaciones y actitudes teatrales, que tengan equilibrio emocional.
Tolerancia, paciencia, justicia, firmeza y consecuencia: el docente no es capaz de ser tolerante, paciente y justo y además inconsecuente, solo firmeza de carácter, acompañado de grandeza espiritual, le permite cierta bondad sin exceso, imparcial sin ser grosero e inflexible.
Cualidades morales : no se puede concebir la existencia de un docente sin la suficiente solvencia moral , con qué autoridad , seguridad personal y tranquilidad emocional puede dirigirse un docente a sus alumnos demandando honradez, justicia , sinceridad y en general buena conducta de acuerdo con las normas morales dictadas por la sociedad , si el mismo no se expone del mejor ejemplo , si actúa de manera contraria a los principios que pregona , carecerá de todo crédito y prestigio y no lograra e parte de sus alumnos ser oído ni entendido, un buen docente demuestra a diario los valores adquiridos durante toda su vida y que son parte de su cultura.
Originalidad: es la capacidad para crear y producir cosas nuevas, en cualquier situación y ambiente, el docente debe de ser original y motivador de manera que una clase no sea monótona y decaiga al aburrimiento.
Responsabilidad: primeramente es un valor , que el docente desde el primer día de clases debe de demostrarlo y dejar claro que es un punto clave en su clase , y ayudar a los alumnos a que refuercen este valor .
muy buen artículo ya que sobre todo en el aprendizaje y enseñanza debe de haber una buena interacción entre el alumno y el docente involucrando lo que es la creatividad, la tolerancia y el enriquecer nuevos conocimientos para después aplicarlos en la práctica.
BorrarDe mucha utilidad
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